—Mirá el lío en que me metiste por ir con esas viejas! Me decía mi apropiador, Francisco Gómez, mientras cumplía con prisión preventiva por haberme apropiado, cambiar mi identidad y falsificar todos mis documentos.
Gómez no era un pobre tipo que quedó preso por una injusticia. Era parte de un grupo de tareas de la Fuerza Aérea que durante la última dictadura se encargó de secuestrar, torturar y desaparecer gente desde el epicentro represivo de la zona Oeste del conurbano bonaerense, la RIBA
Y, también, fue durante mis primeros 21 años de vida la persona a la que yo llamaba “papá”
Gran parte de los recuerdos de mi infancia, lo tienen a él como protagonista. Ni siquiera pudo actuar el rol que intentó cumplir al arrebatarme de mis padres. Una vez alcanzado su objetivo, sólo pudo interpretar el papel por 6 años.
Durante ese tiempo, fui testigo en muchas oportunidades de cómo golpeaba salvajemente a su esposa (a quien yo llamaba mamá, Dora) hasta el punto de dejarla en un hospital por lo brutal de las golpizas.
No falta nada en mis recuerdos: amenazas, golpes, sangre, ventanas rotas, puntos de sutura, muebles rayados a punta de cuchilla, escopeta, balas, un secuestro (secuestro al cuadrado) cuando me sacó de casa por tres días para "enseñarle" quien manda a Dora y el miedo. Mucho miedo
Cuando al fín logramos escaparnos, con la ayuda de la hermana de Gómez, nos fuimos a San Luis (de donde es oriunda Dora). Allá también nos encontró a los pocos meses y otra vez el miedo. Siempre nos encontraba. En cualquier parte aparecía.
Recuerdo con 6 años, en una escuela de José C. Paz, verlo en la vereda a la hora de la salida, retroceder sin dejar de mirarlo y volver corriendo al lado de mi maestra a pedirle que busquen a mi mamá, porque mi papá estaba en la puerta. Esa era mi vida y él mi peor miedo. 6 años
Fui a 5 escuelas distintas para terminar mi primaria. Recién pude hacer amigos a los 9 años, cuando volvimos a nuestra casa, previo juicio de divorcio y una orden de un juez en contra de Gómez de abandonar la vivienda.
Mi infancia transcurrió temiendole hasta el punto de ocultarme debajo de la cama cuando sabía que vendría a dejar la cuota alimentaria o cuando venía de visita. Todavía hoy, con casi 40 años, sigo soñando escenas donde golpea a Dora.
Crecí sin una figura paterna ni un modelo a seguir, pero tenía en claro que era lo que NO QUERÍA SER cuando fuera grande y como trataría a mi esposa o a mis hijos si lograba formar una familia.
A mis 21 años (allá por el año 2000) me encuentran las @abuelasdifusion. No era hijo de Gómez ni de su esposa. Era hijo de desaparecidos. Dos abuelas y una hermana me habían buscado todo ese tiempo.
Llegaron a mi por dos denuncias telefónicas anónimas, una chica (mi hermana) vino a hablarme a mi trabajo. Ese mismo día (27/04/2000) fui a @abuelasdifusion y me realice un ADN.
Los primeros días de Mayo, viene Gómez a invitarme a cenar. Ya no pasaba la cuota alimentaria y se le dió por jugar a ser un padre copado una vez al mes.
En esa cena, en el baño de un restoran en Morón, le cuento que vino una chica a verme y que me dijo que podía ser su hermano, desaparecido y apropiado. Niega TODO. Vuelve a los 3 dias, me pide que le de lujo de detalles todo (omito visita a @abuelasdifusión y ADN) niega TODO.
Vuelve a los 2 días. Era demasiado obvio todo ya. En una semana nos habíamos visto lo que nos veíamos en un trimestre. Le pido la verdad. Rompe en llanto.
En medio de muchos “-vos tenes que entender” y de tantos otros “-te salvé la vida” me cuenta que soy hijo de una montonera judía estudiante de medicina y de su pareja, otro montonero. La chica era mi hermana.
-Yo a tu mamá la traté bien, le llevaba leche y huevo duro a escondidas de mis superiores. Hasta la sacaba a pasear por la RIBA, siempre que se portara bien. Mientras estuvo embarazada nada le pasó. No puedo decir lo mismo de tu papá
Aquel momento fue la única oportunidad de preguntar qué les pasó a mis padres y dónde están sus restos, pero la confesión y tantos datos me marearon y sus palabras se volvieron solo ruido. Le aconsejé que busque abogado.
Después de veinte años de inactividad, el Poder Judicial avanza con la causa contra mis apropiadores. Servini cita a Gómez a principios de diciembre del 2000. Este consigue un certificado en un hospital, alegando un cuadro con una dolencia cardíaca que JAMÁS tuvo. logra zafar.
Queda detenido el 8 de febrero del 2001. Ella el 20 de marzo. Acá la historia se pone complicada porque considero injusta la detención de ella. El cariño que yo sentía no me deja ver claramente qué clase de delitos cometieron conmigo y con mis padres, los verdaderos.
A pesar de todo iba a visitar a ambos. El estaba detras de El Planetario, en una dependencia de la Fuerza Aérea, custodiado por su compañeros de armas, sufriendo el encierro a puro asado, mujeres y vino.
En una de las tantas reuniones de agasajo que sus carceleros le oficiaban, tuve que soportar el asombro de unos militares ante mi parecido con mi papá y lo admirados que estaban ante el aguante a las torturas que soportaba. -Ni siquiera se quejaba!
José Manuel Pérez Rojo era el nombre de mi papá, que no se quejaba ante las torturas. Yo pienso que no se quejaba para que no sufriera mi mamá, Patricia Julia Roisinblit, que podía escuchar desde abajo todo lo que le hacían los militares a mi papá en el entrepiso.
el 23/12/2003 fue la última vez que fui a visitarlo. Ese día también estaba borracho. Luego de varias recriminaciones me dijo -...pero quedate tranquilo que algún día voy a salir, y ese día les voy a poner una bala en la frente a vos, a tu hermana y a tus abuelas.
Fue condenado a 7 años y medio por ser autor del delito de retención y ocultamiento de un menor de diez años en concurso real con el delito de falsedad ideológica de documento público destinado a acreditar identidad.
Ya en el 2013, y después de meditar mucho si declaraba o no en sede judicial todo lo que cuento aquí, mi hermana me cita a declaración testimonial por la desaparición de mis padres, resolviendo así mis dilemas. El 16 de Abril la Interpol detiene a Gómez nuevamente.
Mi duda sobre si declaraba o no se daba por la sencilla razón de estar amenazado de muerte por Gómez, sabiendo que la amenaza era real y cierta y conociendo perfectamente lo violento que es.
Recién en 2016 y después de 38 años de búsqueda de Justicia, con mi familia pudimos llevar a juicio oral y público, por el secuestro de mis padres, a Gómez, Graffigna y Trillo. El juicio se conoció como @JuicioRIBA
Mi Abuela Rosa Roisinblit, con 97 años pensó que no iba a estar viva para ver este momento, mi otra abuela, Argentina Rojo, solo vivió hasta el 2005.
El 08/09/2016, el TOF Nº5 lo condena a 12 años por resultar partícipe del delito de privación ilegal de la libertad (de mis padres) agravado por mediar violencia o amenazas y por haberse extendido por más de un mes, y del delito de tormentos agravado por ser perseguidos políticos
Se entiende? Lo condenan por secuestrar y aplicar tormentos, no olvidemos que además se apropió del hijo de sus víctimas. Tan solo 12 años.
A qué viene esto? Hace un par de días me notificaron que Gómez está solicitando su detención domiciliaria, y ¡Caramba! Es uno de los 110 genocidas que el Servicio Penitenciario intenta dejar en libertad: http://www.laretaguardia.com.ar/2017/12/domiciliarias.html?m=1 Nota de: @fertebele
Hace tan solo 2 años fue juzgado. lleva 5 años privado de su libertad. Aún le restan 7 años. Es un criminal peligroso, sin ningún respeto por la vida humana que no dudó siquiera en robarse al hijo de sus víctimas. Lo van a dejar en libertad?
Porque el arresto domiciliario en estos casos no es una cuasi prisión sino que es una semi libertad. Sobran ejemplos de genocidas violando el arresto domiciliario: Magnacco, Trillo y varios más.
Qué clase de control van a instrumentar para vigilarlo? Sepan que Dora estuvo 3 años con domiciliaria y si no violó ese régimen fue porque era garante su hermana y por el terror que tenía a volver a un recinto carcelario. No me lo contaron, viví con ella todo ese tiempo.
No hubo ningún control de su domiciliaria hasta el 2004, en que la causa recae en el Juez Ballestero.
Es necesario que recuerde que estoy amenazado de muerte por quien participó del secuestro, tortura, asesinato y desaparición de mis padres, y que además me robó para criarme como a su propio hijo?
Cuánto más tenemos que sufrir las víctimas de la dictadura? Tenemos que seguir sintiendo un constante miedo por lo que nos pueden hacer nuestros victimarios? Qué clase de justicia es esta?
Va a volver a encontrarme, como siempre lo hizo. No necesita mucho para cumplir su amenaza: Que el TOF Nº 5 de San Martín le dé la domiciliaria, un arma, unas balas y un poco de práctica.
Quién va a hacerse responsable si me pasa algo? Y si le pasa algo a mi familia? Todas y cada una de las generaciones de mi familia tiene que ser víctima de estos criminales? Mis abuelos, mis padres, mi hermana y yo, mis hijos… Hasta cuándo?
No temo tanto por mí, siendo que después de todo tuve una sobrevida de casi 40 años luego de haber nacido en la ESMA, pero si por los mios. Lo único que deseo es ser el último desaparecido de mi familia.
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