Bueno pues os voy a contar una hermosa historia de superación personal aunque la verdad es que no os lo merecéis.

La hija de una amiga empezó hace unos días las clases en una academia de danza. Mi amiga contenta porque la academia queda a menos de 10 minutos andando de su casa, y la criaturita podría ir sola.

Y digo "podría" en condicional porque:
Mi amiga: Puedes ir sola a la academia.
Los hombres: Existen.

Así que no, no puede ir sola. Pero podría.

Odio mis hilos, en serio. No me estoy enterando de nada.

A ver: vuelvo a empezar. Y dejad de interrumpirme que así no hay quien se aclare.

Tengo una amiga, ¿vale? Y mi amiga tiene una hija. Y a menos de 10 minutos de su casa hay una academia de baile, así que mi amiga apunta ahí a su hija y piensa "oh, qué bien, puede ir sola a la academia porque está cerca de casa".

El primer día de clase la madre acompaña a la chiquilla porque con 15 años se muere de vergüenza por las cosas normales como, por ejemplo, ir a la academia, aunque luego no le dan vergüenza las cosas raras como no hacer los deberes o llegar media hora tarde a los sitios.

Es muy importante para seguir el inexistente hilo de esta historia meterse en la piel de una zagala de 15 años ok.

El segundo día la niña va sola y, al volver a casa, explica a sus padres que un señor la ha parado por el camino porque la ha confundido con una tal Carla.

Mi amiga y su marido piensan "bueno, a quién no han confundido alguna vez con una tal Carla", y proceden a sentarse para la cena.

Una vez en la mesa, la niña cuenta que el hombre, al darse cuenta de su ejem, error, ejem, le cuenta que la tal Carla es una chica que "se parece a ti" y que va a participar en un vídeo que él está grabando sobre deporte femenino.

Entonces le dice "Tú vas a la academia de baile Tal, no?" y la niña flipando porque el tío ha acertado, ella va a la academia Tal!!

CÓMO HA PODIDO ADIVINAR QUE UNA NIÑA QUE CAMINA POR UN ANFIBIO SENDERO DE CRISTALES Y LAURELES QUE LLEVA DIRECTAMENTE A LA ACADEMIA TAL VA A LA ACADEMIA TAL?? CÓMO LO HA HECHO????

Pues va ella y le dice que sí, y entonces el hombre se pone contentísimo porque para su vídeo tiene todas las deportistas, todas, todas, todas, pero le falta una disciplina, una nada más. ¿Adivinan cuál? Exacto. El baile.

Y le pide a la cría que le haga una perdida a su móvil. Y, como es tan simpático, tan normal, y tiene tanta pinta de buena gente, la cría va y le hace una perdida.

¿Cuántas veces le ha dicho mi amiga a su hija que no hable con extraños? Cienes y cienes. ¿Cuántas veces le han advertido que no dé su número de teléfono a desconocidos? Decenas de miles.

Aún así, mi amiga y su marido respiran aliviados: la niña les ha dicho lo que ha pasado. Ahora solo queda llamar por teléfono al sujeto y exigir explicaciones. Llaman una, dos, tres veces, desde el número de la niña y desde otros números pero el señor, oh, no contesta.

La mañana siguiente la niña recibe un amable whatsapp del sujeto. Le dice ola ké ase y que ya la informará sobre cómo pueden ir haciendo el vídeo del baile. Es gracioso porque en teoría el vídeo se grababa ese mismo día con todas las otras participantes.

Así que mi amiga, ni curta ni mandrosa, ha llamado a la policía y les ha contado esta bonita historia de superación personal (superación personal porque está ella en sí misma superada por las circunstancias).

No voy a contar, al menos de momento, en qué ha quedado la cosa con la policía, pero sí voy a hablar del plano doméstico.

En el plano doméstico, si mi amiga tuviera un hijo en vez de una hija, lo más probable es que nadie le hubiera molestado y que pudiera salir a su academia solo y sin miedo. Ella habría podido tener tres tardes libres, sin tener que dar viajes arriba y abajo.

Pero tiene una hija. Y, por más que nos quieran convencer, resulta que no, no tenemos las mismas libertades. Porque a esa niña le han tenido que explicar con todo detalle qué es un pedófilo y/o un acosador sexual y cómo actúa. Y de momento no volverá sola a la academia de baile.

Mi amiga y/o su marido no la van a acompañar. La van a seguir a cierta distancia. Y ojalá ojalaíta el tipo vuelva a aparecer, y en vez de con la niña tendrá que hablar con los padres. A ver qué se inventa.

Yo solo espero que el próximo que me venga con el cuento de que el machismo ya no existe tenga buenas piernas para salir corriendo porque le voy aPASO DE QUE ME CIERREN OTRA VEZ LA CUENTA

Y un consejo para quienes tienen niñas a su cargo: enseñadlas a ser maleducadas con los extraños que las abordan saben las diosas para qué. Decidles que no tienen que quedar siempre bien con todo el mundo. Que sean desagradables cuando lo consideren oportuno.

Contadles cómo reaccionan los depredadores cuando se les descubre; decidles que un depredador las llamará mojigatas, exageradas, y que se burlará de ellas, mientras que un hombre decente siempre lamentará haber asustado sin querer a una chiquilla.