Estamos a finales de 2014 o principios de 2015. Da un poco igual. Michael Reschke, entonces director técnico del Bayern, pasa por el despacho de Guardiola y le comenta: "Oye, Pep. Esta noche me reúno con Thomas Tuchel. ¿No te apetece acompañarme?"
Tuchel, al igual que hizo Pep tras dejar Barcelona, disfrutaba de un año sabático tras cinco temporadas en Mainz. Guardiola ya sumaba dos en Múnich. Pep, como no, aceptó encantado.
La leyenda dice que los camareros tenían miedo de acercarse a la mesa al final de la velada porque los saleros y los pimenteros se habían movido tanto que no lo tuvieron nada fácil para llevar las bebidas durante la cena

“Hablamos de cómo cambió el Barcelona cuando compró a Cesc, qué cambió en el equipo, cómo encajar a Messi como falso 9, cómo crear espacios, de jugar con una línea de tres o cuatro atrás. Hablamos y usamos lo que estaba sobre la mesa”, recordó recientemente Tuchel.
Para Reschke fue toda una experiencia. “Lo increíble de esa noche es que hablaron de partidos de hace cinco, seis, siete años y Thomas colocaba la formación que había usado el Barcelona en la primera parte con copas de vino y pimenteros y le decía a Pep: 'Así y así jugaste'" 


A esa cena le siguió otra, donde también estuvo el técnico Peter Hermann, el cual le dijo a Reschke: "Michael, esto no puede ser cierto. Siempre pensé que sabía mucho de fútbol, pero los conocimientos que tienen estos dos y la forma en que hablan de los partidos es una locura"