En este hilo comparto la historia cuando Correa recibió un reconocimiento de la U. de Illinois, donde hizo su doctorado, por ser un graduado distinguido en 2010. Escribí una carta mientras estaba en mi doctorado y la envié al comité que otorga el premio. Pero eso no fue todo.
Agarré a mi mujer embarazada y manejé 2 horas y 45 minutos para que ella entrara a ver la ceremonia mientras yo me quedaba afuera repartiendo la carta a quienes llegaban al evento. Andaba con gafas y capucha, tapiñado. En cuanto terminé de repartir, salí soplado de ahí.
Me cambié de ropa en el carro, esperé hasta que mi mujer me dijera que ya era hora de recogerla y emprendimos el camino de retorno.
En la siguiente sabatina, Correa echaba diablos d la rabia. No había sido yo el único que envió una carta, pero sí el único crítico que estuvo ahí.
En la siguiente sabatina, Correa echaba diablos d la rabia. No había sido yo el único que envió una carta, pero sí el único crítico que estuvo ahí.
Otro día les cuento cuando, usando un pasaje que había comprado para viajar a Ecuador y que no iba a utilizar, fui a Nueva York a protestar afuera de la Universidad de Columbia donde Correa fue a dar una conferencia. Ahí la policía de la universidad me sacó del recinto.
Los perdedores están atacados con esta historia. En sus limitados intelectos y almas de borregos, no pueden asimilar que las personas con convicciones y principios defiendan los derechos y libertades, luchando contra mediocres pseudo dictadores.