El suicidio es un tema tabú; deben de ser muy pocas las canciones que lo tratan. Mercedes Sosa lo hizo en una de sus interpretaciones más célebres, que recreaba el trágico final de una poeta.
Atento quien no conozca la historia. Vamos paso a paso: hilo sobre Alfonsina y el mar.
Atento quien no conozca la historia. Vamos paso a paso: hilo sobre Alfonsina y el mar.
La protagoniza Alfonsina Storni, suiza porque allí emigró su familia pero criada en Argentina, donde desarrolló su exitosa carrera literaria. En 1938, con 46 años, apesadumbrada por el cáncer de mama, decidió terminar su vida. Esta semana se cumple el aniversario de la muerte.
Tres décadas después, en 1969, una joven Mercedes Sosa publicó un disco que homenajeaba a varias mujeres compatriotas. Cada canción la dedicaba a una argentina distinta. En esa lista no faltó Storni, reconocida poeta y feminista en una época en la que serlo sonaba a chino.
Para componer ese disco se juntaron dos talentos. La letra salió de la pluma del historiador, abogado, periodista y artista bonaerense Félix Luna. La música la puso el pianista y compositor santafesino Ariel Ramírez, conocido, entre otras cosas, por difundir la música criolla.
En realidad, toda la letra cabe en los dos primeros versos; el lirismo, la fragilidad de la protagonista y su triste desenlace. Luego una anáfora que incide en la idea: una muerte sola y trágica sumergiéndose en el agua. Alfonsina y el mar, el título es un resumen perfecto.
La estrofa anterior, la de presentación, es la única escrita en tercera persona. A partir de ahora el texto ya le habla directamente a la protagonista. Como veremos, el tono poético con el que se describe el suceso dista bastante de lo que realmente ocurrió.
La letra ya nombra directamente a Alfonsina, le inquiere sobre su suicidio, aunque sin mencionar la enfermedad. También recalca su profesión, poeta, algo que tiene sentido en un texto minado de metáforas, y que deja imágenes logradas como la de Alfonsina vestida de mar.
A punto de finalizar, la protagonista ya se ha sumergido en las profundidades marinas y las criaturas que las habitan se encargarán de acompañarla por el camino. Aquí, en la cuarta y penúltima estrofa, terminan las referencias al mar. En la siguiente, el texto da otro giro.
La letra arrancó en tercera persona, siguió con la segunda y concluye con la primera. No es un recurso habitual en una canción. Ahora es la propia Alfonsina quien habla, pide que la dejen dormir en paz. De nuevo una anáfora, que cierra el texto con una referencia misteriosa: él.
La estrofa resume el poema que la propia Storni envió al periódico La Nación antes de suicidarse. Fue publicado al día siguiente de su fallecimiento. Pese a las muchas investigaciones motivadas por el misterio de su muerte, nadie sabe a quién se refiere al final, quién es él.
Desde su publicación, esta canción quedó como una de las más famosas del repertorio de Mercedes Sosa, y refrescó la figura de Storni para los argentinos. Aunque al compositor de la música, Ariel Ramírez, la historia le resultaba muy familiar: Alfonsina fue alumna de su padre.
El tema es una zamba, folklore de las provincias norteñas de Argentina. Aunque haya sido interpretado por gente como Calamaro, Lucho Gatica, Silvia Pérez Cruz, Amaia Romero, Los Panchos o Rosalía, entre muchos otros, esta es la versión original:
La canción ofrece una recreación romántica del verdadero final de Storni. El 18 de octubre viajó a Mar del Plata y se hospedó en una pensión, hoy desaparecida, en el punto que indica el mapa: calle 3 de Febrero, muy próxima a la playa. Allí escribió su último poema.
También desde allí escribió cartas a su hijo, aunque alguna la redactó con ayuda porque el dolor perenne se lo impedía. Ya en algunas entrevistas había dejado entrever su suicidio. Meses antes le habían realizado una mastectomía, que le dejó secuelas físicas y psicológicas.
El 25 de octubre, una semana después de llegar a Mar del Plata, cumplió el propósito de aquel viaje. Abandonó de madrugada el hotel, y caminó sin ser vista hasta un lugar que solía visitar, el Club Argentino de Mujeres, una de las primeras asociaciones feministas del país.
Aunque la letra de la canción alimente el mito amable, Storni no caminó hacia el mar por la blanda arena, sino que se arrojó desde la escollera del club. El punto exacto se determinó gracias a que encontraron entre las maderas su zapato, que quedó enganchado cuando se lanzó.
Unos obreros avistaron el cadáver flotando en la playa de La Perla y saltaron a por él. El forense la reconoció enseguida, y la noticia de su muerte llegó de inmediato a los periódicos. A su multitudinario entierro asistieron numerosos escritores y artistas de la época.
Un monumento recuerda a Alfonsina Storni cerca del lugar donde saltó para poner fin a su vida. También hay calles con su nombre repartidas por varias ciudades argentinas. Y la voz de Mercedes Sosa, así como las versiones sucesivas, acercan su figura a las generaciones venideras.
Así termina este hilo. A quien le haya gustado, se agradecen los retuits y cualquier difusión. La semana que viene, como siempre, otra canción comentada. Mientras tanto, para los nuevos, dejo por aquí las que he ido haciendo hasta ahora. Salud. https://twitter.com/j_decarlini/status/1267191100814569474?s=20