El General Perón decía: "El trabajo es la suprema dignidad del hombre/mujer. En la comunidad argentina no existe más que una sola clase de hombres/mujeres: los/as que trabajan", y también dijo: "Gobernar es crear trabajo".
La clase trabajadora es capaz de realizar las mayores y

mas destacadas obras si se siente dignificada a través de su trabajo. Todo lo contrario sucede cuando se la reduce a la explotación y se la iguala a un costo.
Hace poco, leyendo un libro sobre la historia de Francia me enteré que hubo un hombre que fue capaz de un logro

extraordinario para su época. Además de su brillantez como ingeniero, lo logró porque se dio cuenta que la explotación atenta contra el desempeño de las y los trabajadores. No hay mayor motivación que la dignidad.
Me refiero a Pierre-Paul Riquet, el ingeniero e impulsor de un

gran proyecto transformador del territorio francés, el Canal del Mediodía.
En 1662 Riquet presenta el proyecto a Colbert (ministro del rey Luis XIV) para que el soberano lo autorice. Pasó años haciendo pruebas e invirtiendo parte de su fortuna en buscar la viabilidad técnica y

resolviendo los escollos estructurales de la obra.
En 1666 el rey dio el visto bueno para la construcción de un canal de 240 kilómetros para unir el Océano Atlántico con el mar Mediterráneo. Una vía de alta velocidad para transportar mercancías en su época que logró esquivar el

Estrecho de Gibraltar.
Riquet no logró ver el canal terminado, murió un año antes, pero sus hijos terminaron el proyecto. El mismo Pierre-Pau invirtió una fortuna para lograr la faraónica obra. Se hizo cargo del 20% del valor total del proyecto.
Sigue siendo el canal navegable en

funcionamiento más antiguo de Europa.
Como dije anteriormente, la proeza de Riquet no se reduce solo a su genialidad, se debe en gran parte a que la mano de obra que utilizó, trabajó en condiciones dignas y con beneficios que no tenían precedentes en aquel entonces.
En la

construcción del canal trabajaron 12.000 personas, en su mayoría mujeres, dado que no habían muchos hombres disponibles. Riquet pagó sueldos muy altos, les dio a sus trabajadores/as días de vacaciones y otorgó licencias pagas por enfermedad. Algo realmente inédito para el siglo

XVII.
La historia demuestra una vez más que para alcanzar los grandes logros, es fundamental la dignidad de quienes las/os construyen.
Lo mismo ocurre con un país, los mejores y más avanzados países de la tierra son aquellos en donde sus trabajadores y trabajadoras gozan de

derechos y conquistas que son las turbinas de la superación.
Pierre-Paul Riquet, sin saberlo aplicó el peronismo...la única revolución que aún perdura y el único camino posible para que la Patria alcance la verdadera grandeza.

No apliquen más recetas, que incontables veces

fallaron, el único camino posible ES EL PERONISMO.

PORQUE LOS DÍAS MÁS FELICES FUERON, SON Y SERÁN PERONISTAS.