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1955.

Hoy, 30 de septiembre, fallecía de accidente de tráfico, James Byron Dean, JAMES DEAN (n. 1931), actor estadounidense.

Fue consagrado como símbolo de la juventud confusa, inquieta e idealista de los años cincuenta.

Tenía 24 años cuando falleció.

Hijo único del dentista Winton Dean y de Mildred Marie Wilsonde; cuando tenía nueve años, su madre murió y lo enviaron a Indiana, a la granja de sus tíos, donde pasó la mayor parte de su niñez y adolescencia.

Cursó estudios de interpretación en la Universidad de California y además recibió clases de ballet.

Su primera actuación profesional fue para un anuncio de Pepsi, y de ahí a hacer de John the Baptist en el programa especial de televisión de Pascua “Hill Number One” (1951).

Participó sin más trascendencia en tres películas: “Sailor Beware” (1951), “Fixed Bayonets” (1951), sin acreditar, y “Has Anybody seen my Gal?” (1952), antes de mudarse a la ciudad de Nueva York por consejo del actor James Whitmore, con quien había estudiado brevemente.

Después de una serie de trabajos menores a corto plazo, incluyendo un breve período como especialista para el programa de entretenimiento “Show Beat the Clock”, fue contratado para un papel clave en el fracaso de Broadway “See the Jaguar” (1953).

Más exitoso fue su astuto e insinuante actuación como chantajista homosexual en otra producción de Broadway, “The Immoralist” (1954), una adaptación escénica del libro de André Gide.

Su interpretación en esta pieza teatral le valió firmar un contrato en Hollywood,

donde, al año siguiente, rodó “East of Eden”, dirigida por Elia Kazan, adaptación cinematográfica de la novela de John Steinbeck.

En el plató, Dean perpetuó su reputación por cambiar constantemente la interpretación de su personaje y las lecturas de las líneas, y por provocar y

desafiar deliberadamente a sus compañeros actores, incluyendo a Julie Harris, Raymond Massey y Burl Ives.

Cuando se estrenó, fue nominado para un Oscar; la primera nominación de actuación que se otorgó póstumamente.

En 1955 se puso a las órdenes de Nicholas Ray para protagonizar, junto a Natalie Wood y Sal Mineo, “Rebel Without a Cause”, donde Dean daba vida a un adolescente incomprendido y en desacuerdo con la realidad que le rodeaba.

Este papel fue el decisivo a la hora de forjar su leyenda.

James Dean y la frágil Natalie Wood formaron un dúo adolescente cuya identidad entra en crisis al enfrentarse con el mundo de los adultos y con el de los de su misma edad.

El rostro angustiado de James Dean fue, sin duda, el mejor reflejo del dolor de una masculinidad conflictiva enfrentada a los ritos de paso impuestos para ingresar en la comunidad.

Tres jóvenes con problemas familiares son los protagonistas de

“Rebel Without a Cause”: Jim Stark (James Dean), Judy (Natalie Wood), Platón (Sal Mineo) y Goon (Dennis Hopper).

Esta no fue la mejor película de Nicholas Ray, pero sí la más emblemática y la que reúne todas las características de su cine: personajes jóvenes,

desesperados y muchas veces fuera de la ley, que emprenden alocadas huidas hacia delante debido a los problemas de identidad y personalidad que sufren.

La película convirtió a James Dean, enfundado en aquella cazadora reversible negra y roja que tanto imitarían los jóvenes

a la hora de vestirse, en el icono juvenil de los prósperos y problemáticos años 50.

Aunque no tan míticos, no son desdeñables sus trabajos en los otros dos filmes que protagonizó: el papel de Cal Trask, el hijo repudiado y solitario de “East of Eden” (1955), de Elia Kazan,

y el abrupto y autodestructivo Jett Rink que acompañaba a Liz Taylor en “Giant” (1956), de George Stevens.

“Giant” era un drama ambientado en un rancho de Texas, junto a Rock Hudson y Elizabeth Taylor.

Por esta película obtuvo su segunda nominación al Óscar, con Hudson.

Poco después de terminar la película, el inquieto Dean se marchó en su Porsche 550 Spyder plateado (“Little Bastard”) para competir en un rally de coches deportivos en Salinas, California, junto con su mecánico.

Cuando iba a gran velocidad, a la altura de Cholame, se estrelló

fronto-lateramente contra un sedán Ford y murió instantáneamente.

James fue enterrado en el Park Cemetery de Fairmount (Indiana).

En 1977 se inauguró un memorial en su honor cerca del lugar del accidente, en Cholame.

EL EXPONENTE DEL JOVEN INCONFORMISTA.

Esa imagen, su férrea oposición a la guerra de Corea y la trágica muerte, poco antes del estreno del film, lo convirtieron en el símbolo para toda una generación marcada por sus ansias de libertad y en perenne conflicto con sus mayores.

Hermoso, rebelde, tierno, incomprendido.

Estos tres tópicos adjetivos le bastaron para que su leyenda de antihéroe confuso y desarraigado se viera catapultada al helado y brillante territorio de la inmortalidad, tras deshacer su coche deportivo, una noche en Salinas.

Al conocerse la noticia de su fallecimiento (sólo 24 años), los adolescentes estadounidenses enloquecieron.

Se había cumplido la frase mal atribuida como suya de: "vive rápido, muere joven y deja un hermoso cadáver".

Es necesario aclarar aquí que esa frase fue usada en el cine

en la película "Knock on Any Door", de Nicholas Ray, con John Derek y Humphrey Bogart:

“Live fast, die young, and leave a beautiful corpse”.

El primer ejemplo de esa frase completa apareció en un artículo de prensa

de 1920, sobre una mujer y un caso judicial de divorcio (August 25, Riverside Daily Press, Did Not Want to Be Bothered with Husband, Page 2, Column 4, California):

- “I can’t be bothered with a husband,” one letter said.

- “I intend to

live a fast life, die young and be a beautiful corpse,” Mrs. Luce wrote.

EPÍLOGO.

Sin embargo, los mitos nunca mueren, y James Dean permanece en la memoria de todos como el ideal romántico del joven rebelde que toda una generación asumió como ídolo y punto de referencia.

FILMOGRAFÍA

(ver imagen adjunta)

BIBLIOGRAFÍA recomendada.

(ver imagen adjunta)