Dicen que hay vida en Venus y que los yanquis se retiran de Afganistán. Lo primero resulta sorprendente, lo segundo no.

En 2015 el Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos publicó un estudio donde se explicaba por qué la situación norteamericana en Afganistán era absurda y sin esperanza. Al igual que en su día en Vietnam. https://publications.armywarcollege.edu/pubs/2340.pdf 

Afganistán, un simpático lugar. En 1842, renunciando a la ocupación del país, el ejército británico que ocupaba Kabul emprendió la retirada hacia la India.

De la columna de 16.500 hombres que abandonó Kabul sólo llegaría 1 persona con vida a Pakistán.

Tras el 11-S se produjo la invasión de Afganistán. Y dos años después la de Iraq. Ninguna de esas operaciones militares consiguió nada políticamente, costando cientos y cientos de miles de vidas.

La política de construcción de naciones, de la que ahora abjura tan decididamente la doctrina militar norteamericana, sólo tiene un final posible: el genocidio.

La construcción de naciones mediante el uso de fuerzas militares y grandes inversiones en infraestructuras es un proyecto político absolutamente disparatado. Y es tan disparatado que la frustración subsiguiente sólo tiene alivio en el atajo del exterminio.

La frustración del mando político y militar de los proyectos de "nation building", no obstante, es directamente proporcional a la exuberante tasa de beneficios de las multinacionales norteamericanas que "reconstruyen" lo arrasado.

Todas las guerras en que se mete Estados Unidos parecen absurdas hasta que analizas cuánto dinero ganan las megacorporaciones que consiguen los contratos de defensa y reconstrucción.

Redistribución de la riqueza y eso.

Una de las consecuencias de las guerra post 11-S de EEUU es que se generaron sobrantes de material de guerra tan descomunales que ahora la policía municipal de un pueblecito de Missouri tiene tanques y sus policías equipo táctico, rifles de asalto y lanzagranadas.

Esto es lo que se llama "reciclaje". En el ciclo de las armas primero el gobierno se las compra a Colt, por ejemplo, y luego esas armas, una vez usadas, se venden a las policías y finalmente a los civiles con buenas o peores intenciones.

El ciclo de la vida.