Entra llamada de Sala 091: «...indicativos de la zona...a ver si pueden acercarse a la calle...una mujer ha perdido a su hija de 4 años...requirente es la madre, está muy asustada y no se le entiende muy bien...»
HILO
HILO

El compañero de Sala continúa dando el comunicado.
- «La niña es morena y delgada, viste pantalón corto azul vaquero y lleva una camiseta amarilla de los Minions...»
- «La niña es morena y delgada, viste pantalón corto azul vaquero y lleva una camiseta amarilla de los Minions...»
Una de las las peores llamadas a las que te pueden comisionar es sin duda alguna esta; y más si también tienes hijos.
Inconscientemente, como policías, solemos mostrar más interés en unos asuntos que en otros.
Y esto es así le pese a quien le pese.
Inconscientemente, como policías, solemos mostrar más interés en unos asuntos que en otros.
Y esto es así le pese a quien le pese.
No es lo mismo que te comisionen a un hurto en un centro comercial o a una discusión vecinal, que a una violencia de género en la que se escucha gritar a la mujer, a una agresión sexual o a unos padres que no encuentran a su hijo.
- Compañero - le pregunto al policía de la Sala -, interrogo si sabemos el nombre de la niña. Sería importante saber cómo se llama la niña.
- ..sí...bueno... - me responde -. Voy a llamar otra vez a la madre.
- ..sí...bueno... - me responde -. Voy a llamar otra vez a la madre.
- Otra cosa - vuelvo a insistir -. Pregunta también en qué calles han estado estos últimos minutos. Es muy importante también.
- Vale, ahora amplío información.
- Vale, ahora amplío información.
Angustia, miedo, nerviosismo, arrepentimiento...
¿Qué es lo que en estos momentos estará sintiendo esa pobre mujer?
¿Y la niña? ¿Cómo estará la niña?
¿Qué es lo que en estos momentos estará sintiendo esa pobre mujer?
¿Y la niña? ¿Cómo estará la niña?
Primera conclusión: la niña no está llorando ni asustada.
Una niña en este estado llamaría mucho la atención y la gente ya se habría fijado en ella y, por consiguiente, ya se hubieran recibido varias llamadas.
Una niña en este estado llamaría mucho la atención y la gente ya se habría fijado en ella y, por consiguiente, ya se hubieran recibido varias llamadas.
Mientras patrullamos la zona no dejamos de imaginar el peor de los desenlaces: alcantarillas mal cerradas, furgonetas blancas que salen chirriando ruedas a gran velocidad después de oírse la puerta lateral corredera...
- ¿Sabemos ya el nombre de la niña y las calles por las que han estado? - vuelvo a insistir por la emisora.
- ¿Por qué tanto interés en saber su nombre y las calles? - me pregunta mi compañero.
- ¿Por qué tanto interés en saber su nombre y las calles? - me pregunta mi compañero.
Segunda conclusión: vamos a ponernos en el peor de los casos.
En ocasiones, y debido al nivel de estrés producto del nerviosismo, la madre puede confundir qué ropa llevaba en ese momento su hija. Pero el nombre sí.
En ocasiones, y debido al nivel de estrés producto del nerviosismo, la madre puede confundir qué ropa llevaba en ese momento su hija. Pero el nombre sí.
Una niña de esa edad y ese color de pelo puede haber muchas siendo acompañadas por un adulto, o sola... pero si observas a alguna con esas características, la llamas por su nombre y se gira...
Otro cosa más.
Vamos a ponernos en lo peor: adulto que se dedica a secuestrar niños.
Lo primero que suelen hacer es cambiarles de ropa para despistar a todas las personas que la van buscando.
Vamos a ponernos en lo peor: adulto que se dedica a secuestrar niños.
Lo primero que suelen hacer es cambiarles de ropa para despistar a todas las personas que la van buscando.
- ¿Pero por qué quieres saber en qué calles han estado? - me vuelve a preguntar mi compañero.
En ocasiones, los niños vuelven a algún lugar que les ha llamado mucho la atención o que suelen frecuentar.
En ocasiones, los niños vuelven a algún lugar que les ha llamado mucho la atención o que suelen frecuentar.
Nos cruzamos con otro zeta. Las caras de preocupación de los compañeros es latente.
- ¿Alguna pista o algo de información más? - nos preguntan.
- De momento no - les respondo -. Vamos a seguir.
Ya han pasado 15 minutos.
Para la madre: una eternidad.
- ¿Alguna pista o algo de información más? - nos preguntan.
- De momento no - les respondo -. Vamos a seguir.
Ya han pasado 15 minutos.
Para la madre: una eternidad.
- A ver, indicativos que están en esto de la niña- nos dice alguien por la emisora. Quien habla es una compañera que está en estos momentos con la madre. Casi ni se le escucha de los fuertes gritos y lloros que se oyen-. La madre y la niña estuvieron por las calles...
...al parecer la madre - continúa la compañera -, se paró a hablar con una amiga y cuando se dio cuenta la niña ya no estaba a su lado.
Los gritos de la madre nos ponen los pelos de punta a mi compañero y a mí.
«Como no la encontremos...», pienso.
Los gritos de la madre nos ponen los pelos de punta a mi compañero y a mí.
«Como no la encontremos...», pienso.
Comenzamos a patrullar por las calles que mi compañera ha dicho. Pero estamos en las mismas: en su estado puede mezclar información o no recordar bien por dónde han ido.
Mi compañero y yo casi ni pestañeamos de tanto buscar.
Inconscientemente buscamos furgonetas blancas...
Mi compañero y yo casi ni pestañeamos de tanto buscar.
Inconscientemente buscamos furgonetas blancas...
«Cuánto daño han hecho las películas americanas», vuelvo a pensar.
Como cuando algún ciudadano te dice que hay que esperar 24 horas para denunciar alguna desaparición, o como cuando te aseguran que la policía no fue a pesar de llamar un buen rato al 911.
En fin.
Como cuando algún ciudadano te dice que hay que esperar 24 horas para denunciar alguna desaparición, o como cuando te aseguran que la policía no fue a pesar de llamar un buen rato al 911.
En fin.
Seguimos observando las calles.
Diferentes establecimientos van pasando por la ventanilla del zeta: un supermercado, una zapatería, una administración de lotería, un quiosco...
Freno en seco.
Diferentes establecimientos van pasando por la ventanilla del zeta: un supermercado, una zapatería, una administración de lotería, un quiosco...
Freno en seco.
Una niña, vestida de amarillo y morena, observa con sus manitas apoyadas en el cristal un escaparate lleno de figuritas de goma.
La llamo por su nombre.
Se gira.
- Compañeros... - digo por la emisora con la voz quebrada de la emoción-. La hemos encontrado.
La llamo por su nombre.
Se gira.
- Compañeros... - digo por la emisora con la voz quebrada de la emoción-. La hemos encontrado.