Quien fuera Tommy Gunn en Rocky V vivió una vida mucho más de película que la que Sylvester Stallone inmortalizó en la histórica saga.

En el hilo de hoy, la historia del boxeador Tommy Morrison. El final más triste de todos.
Nuestra historia comienza en Gravette. Un pequeño pueblo de apenas 2000 personas en el estado de Arkansas. El 2 de enero de 1969 nacía Morrison. Sin embargo, el pequeño Tommy para su madre, Diana, era en realidad un accidente. "Me puse muy triste porque no quería mas niños" dijo.
El boxeo le llegó por herencia al más pequeño de los Morrison, ya que venía pasando de generación en generación en la familia.

Su amor por el boxeo se grabó en su piel con apenas ¡10 años! Luego de tres días de tinta china, agujas e hilos, Tommy se tatuó dos guantes de boxeo.
Uno de sus hermanos develó el secreto: “El golpe fuerte es algo innato en todos los Morrison”. Rapidamente, la necesidad lo hizo empezar a competir en las noches de "smoking box", donde aficionados competían por dinero.

Falsificaba su documento y subía al ring con solo 15 años.
Compitiendo contra hombres de 21 años, Morrison ganó 20 de los 21 campeonatos que disputó. "El Duque", como se lo conocía, tuvo un impresionante paso por el amateurismo con 220 victorias, la mayoría por KO. Sus actuaciones le iban a dar la oportunidad de dar el gran salto.
Su debut profesional fue impresionante. Ganó 21 peleas entre 1988 y 1999, la mayoría por la vía rápida. Su nombre empezó a sonar en el mundo del boxeo y hasta era transmitido por ESPN.

Del otro lado de la pantalla había alguien que le cambiaría la vida por siempre.
Frank Stallone levantó el teléfono y le dijo a su hermano, Sylvester: "Este tipo sabe pelear". El mítico actor comenzó a ver sus combates y se convenció de que había encontrado al co-protagonista para su quinta película. Así se convertiría en Tommy Gunn.
Rocky V fue un fiasco. Según la crítica y el mismo Stallone, es la peor de la franquicia. Fue la película menos taquillera de todas. Pero eso no le importó a Tommy. La exposición lo catapultó a la fama, y ese fue el principio de su fin.
La fama también lo llevó por el camino de los excesos. Salidas nocturnas, alcohol y encuentros casuales con mujeres fueron la perdición. Su entrenador, John Brown, es gráfico: "Yo quería que entrenara, no que tuviera relaciones con siete mujeres distintas, yendo de bar en bar".
Más allá de su vida nocturna, Tommy seguía cosechando triunfos ante rivales. Así, en octubre de 1991 le llegó su gran oportunidad ante Ray Mercer.
Los primeros cuatro rounds serían los mejores en la carrera de Morrison. Sin embargo, en el quinto, Mercer lo encerró en su propia esquina y le propinó uno de los nocauts mas impresionantes de la historia del boxeo.

Los seguidores de Ray le cantaban: "¡Esto no es Rocky V!".
Milagrosamente, el Duque se recuperó. Tras nuevas victorias, le iba a llegar otra oportunidad de tocar el cielo con las manos.

¿Su rival?

El mítico George Foreman, quien a sus 44 años buscaba volver a consagrase campeón del mundo.
Morrison se preparó para esa pelea como nunca en su vida. Incluso cambió su forma de pelear. Y esta vez, en el Thomas & Mack Center en Las Vegas, la vida le sonrió. Por decisión unánime logró la victoria mas importante de su carrera.

Era, finalmente, campeón del mundo.
Su primera defensa iba a ser contra el mismo hombre al que Tommy Gunn le sacó el título en Rocky V. Mike Williams hizo el papel de Union Cane, el púgil que obtuvo el título tras el retiro de Balboa.

Insólitamente, el día de la pelea Williams decidió no presentarse.
Morrison terminó peleando contra un ignoto Tim Tomashek, que se encontraba en la tribuna. Lo venció con facilidad. Y estaba todo dado para el duelo unificatorio contra el británico Lennox Lewis, monarca del Consejo Mundial de Boxeo. Era la pelea que obsesionaba a "El Duque".
El duelo sería en marzo de 1994, y de ganar, se alzaría con un premio de 7,5 MILLONES DE DÓLARES.

Para sumar minutos arriba del ring, a Morrison le armaron una pelea ante Michael Bentt. No debía ser problema para el campeón mundial.

No debía...
Su vida poco profesional fuera del ring le jugó una mala pasada y en 93 eternos segundos quedó fuera de combate. La noche anterior había ido a un concierto y había bebido cerveza. Llegó en pésimo estado a la contienda.

Los 7,5 millones acababan de esfumarse.
Intentando volver a sus raíces, Morrison pudo encausar varios triunfos que le permitieron una suerte de revancha contra Lennox Lewis. Ahora en Atlantic City, en 1995. Pero su actuación fue muy decepcionante y el inglés le ganó por nocaut técnico en el sexto round.
Los excesos y la falta de autocontrol de Tommy fueron demasiado para su manager, Tony Holden, quien le acercó a Don King. El extravagante y famoso promotor le consiguió un contrato millonario por tres peleas para relanzar su carrera. Incluía, el plan, una pelea contra Mike Tyson.
Pero nada salió bien. Horas antes de su primera pelea en esta nueva escalera hacia el éxito, la Comisión Atlética de Nevada lo excluyó de la cartelera. ¿El motivo? Había dado positivo de VIH en el análisis de sangre. A sus 27 años, su carrera como boxeador llegaba a su final.
La promiscuidad de Morrison fue tal que en Kansas City pusieron un conmutador para que todas las mujeres que habían tenido relaciones sexuales con él llamaran para hacerse el estudio de VIH. Todas las puertas del boxeo se cerraron.
El retiro del boxeo hizo que Morrison dejara de ser el hijo mimado de su pueblo a un exiliado dentro de su propia casa. Y los excesos se potenciaron. Al alcohol ahora le sumaba marihuana, cocaína y metanfetaminas.
Liquidó la fortuna que acumuló en su carrera y multiplicó causas judiciales por tenencia de estupefacientes y de armas de fuego, y también por lesiones.

Las drogas lo llevaron a un estrado y el 16 de enero de 2000 recibió una pena de 10 años, aunque solo cumplió 14 meses.
Con el paso del tiempo, Morrison cambió el arrepentimiento por la negación: aunque los estudios eran contundentes aseguraba que no era portador del virus de VIH. En 2007, en León (México), en un evento cuestionable, derrotó a Matt Weishaar, en lo que fue la última vez que peleó.
Su corazón dijo basta el 1 de septiembre de 2013, a los 44 años, como consecuencia de un shock séptico y una falla multiorgánica. Terminaba así la historia de un hombre que supo estar en la cima del mundo, pero que terminó preso dentro de su propia película.
Así llegamos al final. Quien desee saber mas detalles de la increíble vida de Tommy Morrison, puede hacerlo en manos de la excelente nota que nos trae @javierlanza en la edición de este sábado en Enganche:  https://enganche.com.ar/tommy-gunn-morrison-y-una-vida-de-pelicula-que-no-termino-en-rocky-v/

Hilo realizado por @nahuelzn
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