Nací frente a la Plaza Colón, jugué en Jujuy y León Torres, fui socio de Instituto e hincha de Atenas, fui a bailar al Sargento, al Superdeportivo; estudié en el Manuel Lucero y en la UNC, viví en Rondeau y Buenos Aires, y ahora en una calle única en el mundo: la 27 de Abril.

La primera escuela pública a la que asistí fue el jardín municipal Hijitus, en barrio La Fraternidad. Ahí nos quedábamos desde muy temprano con mis hermanas, hasta que mi mamá nos buscaba a las 14, cuando volvía de la facultad. Eso fue en el 81 y el 82.

Íbamos a la Hijitus porque estaba a 3 cuadras de casa, cerca de "la Atómica", en el barrio Los Chelcos, casi imposible de ubicar en los mapas. Ahí desayunábamos y almorzábamos, jugábamos... ahí nos cuidaban.

En el año 83, mi mamá cursó Pediatría en el Hospital Infantil, especialidad que abrazó. Un año después, en ese hospital le diagnosticaron a mi hermana leucemia. La cuidaron con amor y compromiso, hasta su derivación a BsAs, donde la curaron en la Academia Nacional de Medicina.

Si van querer debatir educación y salud pública desde la perspectiva del gasto, sepan que tendrán en esta cuenta alguien crítico, alguien que aún se siente en deuda con los profesionales del Estado.

Los contextos determinan sujetos, pero también determinan sueldos: si en los sectores desfavorecidos no se pagan los mejores salarios, profesionales más capacitados no irán a trabajar ahí; y entonces habrá más desigualdad, menos oportunidades para quienes empiezan desde abajo.

No sé cuánto ganaba mi señorita en la Hijitus (creo que se llamaba Cristina). Sí sé que ahí nos contenían durante un montón de horas, y nos daban de comer, que no era poco. Y que sus maestras incidieron en la vida de mi vieja, que pudo recibirse, lo que mejoró mi vida.

Tampoco sé cuánto ganaban enfermeras, médicas y médicos que cuidaron a mi hermana; ni sé cuánto ganaba la médica que les sugirió a mis viejos el tratamiento en BsAs. Sí sé que sin ella, sin su conocimiento, mi vida estaría trunca...

No quisiera irme tan atrás ni llenar de subjetividad este hilo, así que van dos datos que ponen en contexto la discusión desde mi óptica: fueron docentes y alumnes de la escuela municipal de Villa 9 de Julio quienes debieron refugiarse bajo sus bancos durante un tiroteo en 2015

Son médicas y médicos del sistema de salud municipal quienes garantizan que las mujeres de mi ciudad no aborten en la clandestinidad, sino con pastillas, como lo hacen las mujeres de los países que admiramos.

Que hay que cambiar, reformar, optimizar miles de gastos en la Municipalidad, no lo dudo. Tampoco dudo que hay que desarticular negociados varios y quioscos diversos, incluyendo plus salariales, ingresos por la vía política y sindicales, militantes rentados, etc., etc...

Que eso no habilite una guadaña al sistema de educación y salud público que construimos les cordobeses capitalinos desde hace décadas, y que es un capital para quienes abrazan Córdoba, como lo hicieron mis viejos que llegaron desde sus provincias a estudiar hace casi 50 años.