La administración nacionalista concebía el desarrollo nacional sobre la base de grandes obras públicas, que generarían un efecto multiplicador sobre la economía, dentro de la mejor concepción pragmática. En este sentido, se formularon diversos proyectos: el plan ferrocarrilero
nacional, los planes de irrigación mediante la construcción de grandes embalses y represas, el proyecto de inmigración europea, el sistema de vialidad y el fomento del sector industrial. En este último aspecto destacaba la decisión de mantener bajo el control del Estado el
desarrollo de la industria básica, la siderúrgica, la petroquímica y la hidroeléctrica del Caroní, que formaban parte fundamental del programan del general Pérez Jiménez. La producción venezolana mostró un notable incremento del 43% durante el quinquenio 1949-1954.
En los años 50 se había logrado obtener significativos aumentos en la producción de cementos, tejidos de rayón y productos alimenticios, al tiempo que surgieron nuevas industrias y se adelantaron estudios de proyectos básicos, como el de la fabricación de cloro, que expresaban
importantes cambios en la estructura industrial. Efectivamente, la política proteccionista del Estado había permitido la instalación de algunas industrias, como las de neumáticos, cámaras de aire, aceite, arroz beneficiado y leches conservadas, un aumento en la producción
nacional, al mismo tiempo que una disminución relativa en las importaciones de dichos artículos. Hacia 1954 existía un clima optimista en cuanto a las posibilidades de desarrollo de la producción fabril. El Consejo de Economía Nacional sostenía que el panorama industrial estaba
demostrando que las perspectivas futuras eran francamente favorables, y que había sido acertada la política de protección desarrollada por el Estado y ampliamente apoyada por el Consejo. La demostración más cabal de la obra acometida por el gobierno de Marcos Pérez Jiménez estaba
en la empresa siderúrgica, la electrificación del Caroní y el dragado del río Orinoco en la región sur; la instalación de la Petroquímica de Morón, la construcción de la red ferrocarrilera Barquisimeto-Puerto Cabello y el Dique Seco de ese puerto.
Con respecto al sector manufacturero privado, durante el período analizado iniciaron sus actividades algunas importantes industrias como: Celanese, productora de hilados de acetato; Procter & Gamble de Venezuela, qué instaló su planta de detergentes en Antímano; Sherwin Williams
Venezolana, productora de pinturas; Triplex de Venezuela, empresa pionera en el campo de los contraenchapados de madera; la Fábrica Venezolana de Calzados Lucas, fundada en 1948, entre muchas otras iniciativas de inversión.
Cuando analizamos el crecimiento del Producto Industrial durante el período 1945-1957, encontramos que este tuvo un ritmo sostenido, tal como se muestra en el gráfico No. 10.
No sólo aumentó el Producto Industrial sino que su crecimiento se desenvolvió a una tasa mayor que la del Producto Nacional, de forma que su participación en el producto pasó del 9,2% en 1949 al 12,7% en 1957. Cuando comparamos el crecimiento del Producto Industrial durante esta
etapa con la anterior, apreciamos que fue, en promedio, 3 veces mayor. En efecto, el Producto Industrial creció en promedio, entre 1936-1944, en un 3,7% comparado con el 12,2% durante el lapso 1945-1957.
Durante este período, el incremento significativo del empleo no formaba parte de las preocupaciones del Ejecutivo. Al analizar el comportamiento efectivo del empleo encontramos que este se duplicó, mientras que el Producto Industrial creció a más del triple, lo que revela la
Por último cabe señalar dos puntos importantes:
1) La participación del petróleo en el PIB real pasó de 2766,9 millones de bolívares en 1946 a 6817,4 millones de bolívares en 1957, lo que incrementó el poder adquisitivo de la población y generó expansión en el mercado interno.
1) La participación del petróleo en el PIB real pasó de 2766,9 millones de bolívares en 1946 a 6817,4 millones de bolívares en 1957, lo que incrementó el poder adquisitivo de la población y generó expansión en el mercado interno.
2) Durante la década de los años 50, las exportaciones no tradicionales crecieron a una tasa del 16,3% interanual, pasando de 98 millones de dólares en 1950 a 334 millones de dólares en 1959.
— Fin del hilo —
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