Este tipo de tuits, sobre el desprecio a la "equidistancia", los llevo viendo mucho tiempo y en los últimos días, aún más. A pesar de ser un berenjenal muy gordo, me apetece hacer una reflexión al respecto, ya que me puedo dar por aludido puntualmente en lo de equidistante. https://twitter.com/quiquepeinado/status/1264553541378736128
Pertenezco al enorme grupo de españoles que no se sienten representados por absolutamente nadie del panorama político actual español. Sí, mis ideas económicas son de izquierdas. No soy comunista ni nada por el estilo, creo en la propiedad privada y en un capitalismo controlado.
Me considero de izquierdas porque creo que el estado debe proveer indefectiblemente de políticas sociales a sus ciudadanos, y que hay que pagar impuestos acordes a ello. Sanidad, educación, pensiones, I+D, todo eso debe ser SIEMPRE público y jamás mercadearlos ni lejanamente.
También tengo conciencia de clase y sé a qué estrato social pertenezco, de modo que por todo ello siempre me he considerado y consideraré de izquierdas. Sin embargo, la izquierda chupiprogre de los últimos años ha conseguido alejarme a lo bestia.
Sus comidas de pollas a los nacionalistas -¡de derechas!-, el blanqueo de ETA, la dictadura de género y criminalización del hombre -ojito a la ley nueva de la consorte de Iglesias, que se ha quedado eso parado por toda esta movida-, su desprecio a las tradiciones,
la creencia de que sólo se puede ser buena persona siendo de izquierdas. Todas estas cosas y varias más adyacentes han hecho que haya ido encontrándome huérfano de referentes políticos y vote a partidos minoritarios.
Tengo grandísimos amigos de derechas y de verdad que me la suda completamente a quién vote cada cual, mientras sean buenas personas. Leo y sigo a gente en Tuiter que son de derechas y aunque casi nunca coincidamos en lo que escriben, no tengo el más mínimo problema con ellos.
Los que hablan con ese desprecio de la equidistancia son putos sectarios que quieren más soldaditos que entren en su juego de trincheras, de guerras, de comprar dogmas de fe y que siga dando vueltas la rueda.
Los idearios de izquierda y derecha están expuestos y tienes que comprarlos enteros, desde el primer punto hasta el último. No se puede disentir, no se puede tener pensamiento crítico, no puedes no estar de acuerdo siquiera con un sólo punto del dogma de fe.
O conmigo o contra mí, y si estás conmigo, me lo compras todo, y si no lo estás eres un *facha* *comunista* (táchese lo que proceda).
En esta cuarentena, como era de esperar, estamos asistiendo a lo peor y más vomitivo de nuestra guerra política particular. Gobierno que actuó tarde para no aguar su fiesta del 8M y que luego se ha equivocado en la gestión, y una oposición absolutamente nauseabunda y desleal.
Cuando gobernaba la derecha, leía a merluzos diciendo que vivíamos en una dictadura franquista. Y ahora que gobierna la izquierda, leo a los mismos merluzos con camiseta diferente diciendo que vivimos en una dictadura comunista. ¿En serio no es agotador leer estas mierdas?
Si ser equidistante es tener pensamiento crítico, ser consecuente con lo que pienso aun teniendo una clara orientación política y social y no entrar en el lamentable juego de trincheras que buscan los apoltronados que manejan a la gente, sí, soy equidistante.
Me gustaría mucho más una sociedad en la que cupiera la solidaridad, el buen rollo, la concordia y la confrontación política responsable. Pero ya hace mucho tiempo que los partidos se dieron cuenta de que es mucho más rentable tener ultras que te voten hagas lo que hagas
que tener votantes que piensen por sí mismos y puedan darte la espalda si fallas. Yo tengo claro el tipo de persona, ciudadano y votante que quiero ser. Así que esperadme sentado para vuestras guerritas de quinceañeros con Tuiter.
No me digáis que no es magia que, en un hilo que habla sobre el asco que me producen las trincheras y los packs de fe completos e indivisibles, venga gente a afearme que no elija trinchera y pack de fe completo e indivisible.
Y por último, y aunque ésto es totalmente innecesario, me apetece también decir que en las últimas elecciones he votado a Llamazares -que lo hemos votado su familia y yo- y en la repetición a Errejón. Supongo que ambos son muy muy muy fachas.